lunes, septiembre 11, 2006

Pensamientos revueltos para una realidad revuelta

Por Raúl Ignacio Mesa Villegas

El pasado 7 de agosto, en la posesión del segundo periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez, éste, en un discurso cargado de lirismo, pronunció una frase que hasta el momento no he podido olvidar: “Confieso que me preocupa algo diferente: el riesgo de no llegar a la paz y retroceder en seguridad”. La sensación que me produjo dicha expresión, fue la de un personaje que con audacia anticipa algo que desde su interior sospecha que va a pasar.

Y esta frase la traigo a colación pues los hechos de zozobra de los últimos días son ejemplo de que las cosas no van por buen camino: la Ley de Justicia y Paz que hasta el momento no ha traído para el país ninguna de las dos, las denuncias sobre reinsertados de los cuales la sociedad todavía sospecha y relaciona con hechos de violencia ocurridos en distintas zonas del país y la presencia latente del narcotráfico que no deja avanzar en ningún proceso de paz, ni de intercambio, ni de reinserción. Porque donde hay dinero hay poder y, donde hay poder, hay desmesura. Y eso es lo que se está viviendo.

Y si no qué decir del último escándalo de altos mandos militares involucrados en falsos atentados en los cuales murieron personas inocentes, como el ocurrido el 31 de julio pasado en Bogotá donde murió un hombre que trabajaba como reciclador y 19 militares resultaron heridos. Hoy, como si se tratara de un juego, resulta que no, que todo era un montaje. En este caso los involucrados, como en muchas otras irregularidades, son Oficiales del Ejército. Habrá que esperar si esta vez no se salen con la suya y terminan frustrando los intentos de investigación y esclarecimiento de los hechos.

Pero lo que me sorprendió aún más fue el discurso del Presidente Uribe. Entrelíneas quedó la sensación de un mandatario que defiende los errores de sus militares y que trata de buscar otros responsables (los periodistas), para evitar asumir la propia responsabilidad. Es que ni siquiera se le vio una actitud de enardecimiento e indignación ante los hechos. Hay queda el interrogante.

Las inolvidables palabras de Álvaro Uribe y la situación actual del país, así suene un poco desesperanzador, hacen pensar que al final nos vamos a quedar sin el pan y sin el queso. Es decir, sin la paz y la tranquilidad pero sí con un conflicto cada vez más aberrante y desmesurado.

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